Este modelo médico, el más valioso de la era moderna, es un descubrimiento hecho por el médico mexicano, Dr. Isaac Goiz Durán.
El Biomagnetismo Médico es un sistema terapéutico desarrollado a partir de 1988; en él se utiliza potentes imanes para combatir parásitos, bacterias, hongos, virus y otros gérmenes que son la causa de diversas enfermedades.
El sistema consiste en el reconocimiento de puntos de energía alterados en el organismo humano que en conjunto provocan una enfermedad.
Este reconocimiento se efectúa con imanes pasivos (no electrificados ni conectados a máquinas electrónicas), que se aplican en diversas zonas del cuerpo humano como si se tratara de un rastreo o escaneo Biomagnético.
Una vez reconocidas y confirmadas dichas zonas en su potencial energético – que corresponden a órganos y tejidos que sufren la distorsión – el terapeuta aplica un conjunto de imanes en esos puntos durante 10 a 15 min. a cada persona y generalmente los aplican en forma simultánea.
La enfermedad se localiza en el órgano o en el tejido en desequilibrio entre cargas positivas y negativas.
Si se corrige la alteración iónica, desaparece el problema, ya que se retorna al punto de equilibrio. De esto se encarga el Biomagnetismo, gracias a su fuerza o energía de polaridad; la polaridad negativa es capaz de impactar a una carga patológica similar, los que se anulan al encontrarse con la carga positiva.
El Biomagnetismo es compatible con cualquier otra forma de terapia (homeopatía, alopatía, Naturopatía, Flores de Bach, Reiki, etc.) que también puede utilizarse simultáneamente con tratamientos alopáticos tradicionales, siempre y cuando se justifique su uso y no se disponga de otra alternativa.
Y es que con la colocación de los polos positivo y negativo de imanes naturales de especial potencia en puntos concretos del organismo interrelacionados entre sí Goiz ha conseguido aumentar los beneficios de los campos magnéticos en un amplio rango de enfermedades.
Obviamente, como ocurre con muchas otras terapias novedosas, sus trabajos no han sido aún estudiados por otros colegas y no cuentan por tanto con el respaldo de la llamada “comunidad científica” – una entelequia, por cierto, que sólo existe en la mente de algunos.
Así lo reconocía el doctor J.K. Crellin de la Universidad de New Foundland en Cánada y especialista en Historia de la Medicina, cuando tras conocer sus trabajos le contestó:
“Su teoría no puedo aceptarla en principio como una terapia y menos aún certificar su efectividad a pesar del número de pacientes que usted ha tratado; sin embargo, es digna de publicarse porque se está metiendo de lleno en un capítulo totalmente nuevo, la Bioenergética, e independientemente de los resultados es el futuro de la Medicina y la Medicina del futuro”.
Por el momento, además de su propia experiencia clínica y la conseguida en otros países del mundo – sobre todo en Chile – Goiz ha contado con el aval de la Universidad de Loja (Ecuador) a los hallazgos que describió en su obra
El fenómeno tumoral sobre la etiología y tratamiento del cáncer y la participación de virus y otros gérmenes en su desarrollo.
Posteriormente, en 1988, recibiría una invitación para asistir al primer curso sobre Biomagnetismo que organizó la Sociedad de Medicinas Alternativas de Guadalajara (México) teniendo la oportunidad de oír hablar allí al doctor Richard Broeringmeyer sobre terapias energéticas, la Terapia Polar y la importancia del pH en la salud.
Un conocimiento que sería la base que terminaría dando lugar a su teoría del Par Biomagnético.
Los pares biomagnéticos descubiertos son cerca de 250.
“El par biomagnético puede definirse – escribiría Goiz – como el conjunto de cargas que identifican una patología y que está constituido por dos cargas principales de polaridad opuesta que se forman a expensas de la alteración fundamental del pH de los órganos que las soportan”.
Es decir, según Goiz cada enfermedad tiene su propio par biomagnético y ello permite tratarla.
¿Cómo? Pues actuando sobre los polos adecuados en cada caso mediante imanes. Luego volveremos sobre esto.
Antes debemos decir que de esa dualidad bioenergética se desprende – siempre según Goiz – otro principio fundamental al que llamó Nivel Energético Normal (NEM) y que define los límites bionergéticos en donde se llevan a cabo correctamente todos los procesos metabólicos celulares de los organismos humanos en estado de salud y que, en razón de temperatura, no pueden salirse de un grado (de 36° a 37°), en razón de su absorción electromagnética está en el orden de los 400 amstrongs y en razón del pH está muy próximo al valor neutro de la escala convencional con una tolerancia de apenas tres décimas en ambos sentidos.
En otras palabras, para que el organismo funcione correctamente,
DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO.
Uno de los principales problemas con los que Goiz se encuentra para que sus colegas acepten su trabajo es que hasta el momento la medición de los polos biomagnéticos es de orden cualitativo e indirecto a través, como ya se ha explicado, de la combinación de tests de Kinesología e imanes.
Dicho esto, hay que explicar que de acuerdo a los principios de la práctica de la terapia – fruto del trabajo de muchos años por parte de Goiz – la mejor forma de rastrear los polos biomagnéticos (la enfermedad) es situar al paciente en decúbito supino sobre una base firme, especialmente de madera o material aislante para evitar interferencias con los imanes.
Se aconseja que el paciente mantenga puestos sus zapatos ya que éstos permiten valorar el acortamiento o la elongación del miembro inferior derecho.
Una vez tumbado el paciente boca arriba se rastrean los puntos denominados de diagnóstico. Basta colocar sobre ellos el polo negativo de un imán y comprobar en cada ocasión si las piernas tienen la misma longitud o una parece más corta que la otra.
Para ello se toman los talones del paciente y se levantan las piernas unos 30° ya que así es más fácil constatar cualquier alteración.
Si así sucede, es decir, si la pierna derecha parece más corta que la otra – la diferencia puede oscilar entre 1 y 5 centímetros – es que ese punto está alterado.
“La verdad – confiesa Goiz – es que no entendemos aún – cuando lo entendamos se acabarán todas las enfermedades – por qué se polariza en un instante todo un órgano hacia el lado positivo por exceso de iones, cayendo en un estado de acidez en su totalidad y eso, a su vez, condiciona – como consecuencia necesariamente lógica – la polarización de otro órgano en sentido opuesto, es decir, hacia la alcalinidad por déficit de hidrogeniones y presencia de radicales libres complejos con polaridad negativa.Aun cuando las consecuencias finales de ambos polos son las mismas, la degeneración de la materia, dicha degeneración es diferente en su manifestación.En el caso de los polos biomagnéticos con polaridad positiva la degeneración es de tipo retráctil o cicatricial y en el segundo es de lisis y dispersión del tejido”.
Ahora, bien aunque es cierto que algunas enfermedades están relacionadas especialmente con un par determinado, en general la gran mayoría de las enfermedades implican más de un par biomagnético y por tanto la participación sincrónica de distintos gérmenes, ya sea,
Información recopilada del sitio http://www.parbiomagneticomadrid.net/
Par Biomagnetico Madrid. Clínica Segura. Calle Narvaez 7. 1º DCHA. Metro Goya. Madrid.Telefono: 91 431 48 82. Móvil: 693 260 520 Noticias Naturistas
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